Berlín es la ciudad del reciclaje por antonomasia. Todo puede tener un nuevo uso en la capital alemana, desde búnkers abandonados reconvertidos en salas de exposiciones hasta antiguas piscinas de la ciudad donde poder contemplar arte callejero o algún que otro espectáculo.
La antigua piscina municipal del barrio de Wedding, gran desconocido para muchos residentes de la ciudad, es un buen ejemplo de ello. El pasado verano contravine las reglas no escritas de no salir del radio marcado por los barrios de Prenzlauer Berg al norte, Friedrichshain al este y Kreuzberg al sur, y acudí a ver una exposición de Street Art en la antigua piscina del barrio.