Lo confieso. Yo ya lo he probado absolutamente todo: cursos malos y baratejos en escuelas privadas; cursos caros y buenos en el Goethe Institut; tándems en España y en Alemania con mujeres y hombres de toda tendencia sexual que, desgraciadamente, no desembocaron en sexo (porque eso lo sabe todo el mundo: los tándems se hacen para FOLLAR, aprender la lengua extranjera es secundario); audiolibros; tediosas lecturas de diarios y revistas; películas en versión original con subtítulos; películas en VSO sin subtítulos; la Volkshochschule ahí, llena de españolaz@s y con una profesora germanoriental que desconocía el significado de la palabra "didáctica"; la mierdosa televisión alemana, desde ARTE hasta RTL (ésta última es igual de insultante que el Bild Zeitung, pero en versión audiovisual); libros de Grass, Brecht, Kafka y compañía; y así un largo etcétera...
...pero nada, no hay manera. No acabo de alcanzar un nivel de alemán que me permita sentirme orgulloso de mi mismo. Digásmolo así: despues de unos cuantos años en Berlín, tengo el suficiente conocimiento pasivo de alemán como para llevar una vida medianamente cómoda y sin sobresaltos, pero mi conocimiento activo del idioma (manejo eficaz y rápido del vocabulario, construcciones gramaticales SIN errores, giros lingüisticos, bromas, etcétera) está lejos de ser satisfactorio tanto para mí como para mis interlocutores germanos, que demasiado a menudo siguen frunciendo el ceño, típico gesto del "Muttersprachler" (hablande nativo, en alemán) cuando le doy una patada en los huevos a las reglas gramaticales y de pronunciación del Hochdeutsch.
En ese sentido, me puedo sentir orgulloso de ser un mediocre español medio-típico. O lo que es lo mismo: un BUEN español. Porque no nos engañemos: l@s españ@les, con contadas excepciones, NO somos buenos con los idiomas extranjeros. Y si mi albaceteño pueblo, Campoalbillo, no está en España, ¿dónde está si no?